Un pelín sobre la línea

Traducido por José M. Hernández Lagunes

Hubo, créeme, una época antes del internet. Si querías estar al día con las noticias, tenías que escuchar la radio, ver la televisión o leer el periódico o una revista. En concreto, si seguías el béisbol, el periódico era el único lugar donde podías encontrar actualizaciones diarias sobre las estadísticas y la clasificación.

Y si querías una lista más completa de estadísticas de béisbol que un listado ocasional de los 10 mejores de alguna categoría de tu interés, tenías que esperar al periódico dominical. Allí, enterrado en la sección de deportes, publicaban una lista de estadísticas de bateo (turnos al bate, carreras anotadas, hits, cuadrangulares, carreras impulsadas y promedio de bateo) cubriendo equipos y bateadores con más de cierta cantidad de turnos al bate. Estaban ordenadas por promedio. Para los lanzadores, en secuencia de efectividad, obtenías entradas lanzadas, hits, bases por bolas, ponches, victorias, derrotas y efectividad, primero para los equipos y luego para todos los lanzadores por encima del umbral de decisión (¡no por inning!). Aquí hay una muestra bastante ilegible del diario Gainesville Sun del 10 de julio de 1983.

Disculpa lo difícil que resulta verlos. Pero ya entiendes la idea. Antes de Baseball Prospectus, FanGraphs, Baseball Reference, MLB.com y otros sitios, el lugar para obtener estadísticas completas de béisbol era el periódico dominical. El Sporting News también las tenía, pero había que esperar a que llegaran al quiosco o a que te las entregaran en el buzón. El periódico dominical era inmediato: ¡tenía todo hasta los partidos del viernes por la noche!

En la Liga Americana, el bateador líder mencionado anteriormente era Rod Carew, de los Ángeles de California, con un promedio de bateo de .403 en ese momento de la temporada. (Terminaría con un promedio de bateo de .339, segundo detrás del .361 de Wade Boggs). En el otro extremo estaba Julio Cruz, de Chicago, con un promedio de bateo de .234. Sin embargo, el Sun, por limitaciones de espacio, eliminó la lista. Gorman Thomas, de Cleveland, por ejemplo, bateaba .191, pero no apareció en la lista. Tampoco apareció Tom Brunansky, de Minnesota, con un promedio de bateo de .199. Los periódicos de las ciudades más grandes, con más columnas de espacio, incluyeron más nombres. Así, aunque Thomas y Brunansky no fueron mencionados en Gainesville, sí aparecieron en los periódicos de las ciudades donde juegan los equipos. Y los jugadores vieron las estadísticas, al igual que los aficionados.

En 1979, el parador en corto de Seattle, Mario Mendoza, se encontraba al final de esas listas. El 13 de mayo de ese año, los periódicos dominicales publicaron su promedio de bateo en .202. Fue de .189 los dos domingos siguientes, de .186 la semana siguiente y de .185 en los periódicos del domingo 10 de junio. (Terminó la temporada con un promedio de .198).

Bruce Bochte, compañero de Mendoza en los Marineros, acuñó el término “Línea Mendoza”, que indicaba el promedio de bateo del campocorto de bateo ligero. Si tu promedio de bateo era peor que el de Mario Mendoza, al final de la lista el domingo, estabas por debajo de la Línea Mendoza. Supuestamente, cuando Kansas City viajó a Seattle para una serie de cuatro juegos que comenzaba el 14 de mayo, el jardinero izquierdo de los Marineros, Tom Paciorek, advirtió a George Brett, de los Reales, que corría el riesgo de caer por debajo de la Línea Mendoza. (Brett bateaba apenas .257 en ese momento, llegando a la serie en una mala racha de 8 de 38. Se fue de 6 de 16 en la serie y terminó el año con un promedio de .329). Brett se lo mencionó al presentador de ESPN, Chris Berman, y el término entró en el léxico del béisbol. (Mendoza, por cierto, terminó su carrera en la MLB en 1982 con los Rangers, regresó a su México natal, donde jugó durante siete años más, y acabó siendo consagrado al Salón de la Fama del Béisbol Mexicano en el año 2000).

La ​​Línea Mendoza ha llegado a representar un promedio de bateo de .200. Si bateas por debajo de .200, como lo hicieron Bo Naylor (.195) y Michael Conforto (.199) entre los jugadores con al menos 400 apariciones al plato este año, se dice que estás por debajo de la Línea Mendoza.

Claro, 1979 fue hace casi medio siglo. En aquel entonces, los periódicos dominicales publicaban los promedios de bateo, porque así se evaluaba a los bateadores. Hemos avanzado mucho desde entonces. Así que, por sugerencia de mi amigo José Hernández Lagunes, editor de BP en español, me propuse definir un nuevo estándar para el bateo ineficaz.

Como probablemente sepan, Bill James señaló que el porcentaje de embase de los equipos está mucho mejor correlacionado con su producción de carreras que con su promedio de bateo. Descubrí que, si bien la observación de James era cierta en el momento en que la escribió, el porcentaje de slugging ha superado al OBP en los últimos años. Aquí están las correlaciones entre las carreras de un equipo y cinco medidas de bateo comúnmente utilizadas para 810 temporadas-equipos en la era de los 30 equipos (desde 1998), excluyendo 2020.

Métrica
Correlación

AVG
0.73

OBP
0.86

SLG
0.91

OPS
0.95

wOBA
0.97

El porcentaje de slugging tiene la ventaja de ser fácil de calcular (solo dos cifras: bases totales y turnos al bate). Pero el OPS y el wOBA tienen mejores correlaciones. El problema es que no todos los aficionados saben qué son el OPS y el wOBA como conocen el AVG o incluso el SLG. Sin embargo, el OPS se menciona en transmisiones y artículos con más frecuencia que el wOBA, así que si vamos a usar una regla general sencilla para el público, creo que es mejor usar la cifra más familiar, aunque sea un poco inferior a la precisión del wOBA.

La pregunta entonces es: ¿qué usamos para el equivalente en OPS a un promedio de bateo de .200? Específicamente, ¿qué valor fácil de recordar para el OPS produce un nivel por debajo del cual casi nadie cae (pero algunos sí)?

Analicé varios niveles de OPS en las cinco temporadas posteriores a la pandemia y la cantidad de jugadores con al menos 400 apariciones al plato que no los alcanzaron.

Número de jugadorescon OPS por debajo de:
2021
2022
2023
2024
2025
Promedio

.650
13
28
15
26
17
19.6

.640
10
22
11
18
15
15.2

.630
9
18
11
13
10
12.2

.620
7
12
11
7
7
8.8

.610
5
10
7
2
7
6.2

.600
4
7
5
0
3
3.8

.590
4
7
2
0
1
2.8

.580
4
5
0
0
1
2.0

.570
2
5
0
0
1
1.6

.560
2
3
0
0
1
1.2

.550
1
1
0
0
1
0.6

Claramente, .550 es demasiado bajo. (Los tres jugadores con un OPS por debajo de .550 en los últimos cinco años son Jackie Bradley Jr. (2021, .497), Nick Allen (2025, .535) y Geraldo Perdomo (2022, cuarto en la votación al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional tres años después, .547). Por la misma razón, .650 abarca demasiado.

Considera la mitad de esa distribución. La mejor cifra, creo, es .590: solo dos o tres jugadores en promedio, pero casi nunca cero. Es un estándar alcanzable, aunque indeseable. Pero .590 es un número torpe; .600, un número redondo y agradable, no lo es. Así que vayamos con .600. Cualquier OPS por debajo de .600 está por debajo de… espera, ¡tenemos que encontrarle un nombre a la línea!

El primer jugador en el que pensé fue Allen. Es el Mendoza moderno: buen guante en el cuadro, tolete de chicle. El problema es que ha llevado el tema del tolete güango al extremo. Nunca ha conseguido un OPS superior a .600. Ni siquiera ha obtenido un OPS superior a .550. Su promedio de por vida es de .536. El promedio de bateo de Mendoza de por vida fue de .215. Se puede nombrar un promedio de bateo inferior a .200 con el nombre de alguien con un promedio de bateo de .215. No se puede nombrar un OPS inferior a .600 con el nombre de alguien que nunca se ha acercado a ese nivel.

Entre los jugadores activos con al menos 1,000 apariciones al plato, los que más se acercan a .600 son Taylor Walls (.584), Sandy León (.585), Luke Maile (.597), Billy Hamilton (.617) y Martín Maldonado (.620). El problema con ese quinteto es que Walls es más un jugador utilitario que uno regular, y los demás están cerca del final de sus carreras. Algo sobre la línea de Walls y la línea de Maile suena bien, pero podría no serlo.

Hay algo más (puntos extra si entiendes la referencia). Jonah Heim es, para ser claros, un jugador útil. Tan recientemente como en 2023, generó 4.1 WARP gracias a una línea ofensiva de .259/.318/.439, 18 cuadrangulares, 95 carreras impulsadas y 17.1 carreras defensivas prevenidas. Ha enmarcado bien con su mascota, y aunque su brazo no es el mejor, ha sido lo suficientemente bueno como para disuadir a los ladrones de bases. En total, ha generado 9.1 WARP en poco menos de cinco temporadas completas, siempre por encima del nivel de reemplazo.

Pero su juego ha empeorado desde 2023. Su defensa no ha sido tan sólida y, más concretamente, su OPS ha sido idéntico a .602 tanto en 2024 como en 2025. Casi .600 exactamente. Y por muy agradable que pueda ser la Línea Walls o la Línea Maile, no puede competir con la Línea Heim. ¡Suena como “hemline” o “timeline“! ¡Rima!

Este es nuestro análogo del siglo XXI a la Línea Mendoza. Este año, Nick Allen (.535), Joey Ortiz (.593) y Ke’Bryan Hayes (.595) tuvieron un OPS por debajo de .600.

Estaban por debajo de la Línea Heim.

Pues que así se llame.